Desde los años cincuenta hasta hoy son muchos los satélites que se han lanzado y cada vez la cifra es mayor por el abaratamiento de estos lanzamientos o las mejoras que permiten. Pero, ¿Cuántos satélites hay en órbita en la Tierra en la actualidad? ¿Cuáles son y qué ofrecen? ¿En qué orbitan están y quiénes los han mandado? A continuación, recopilamos todos los que hay, pero también los problemas que generan más allá de las ventajas.
Podemos dividirlos según muchos criterios. El principal es hacerlo por tipo, ya que cada uno ocupa su lugar en el espacio con una función. Hay muchos tipos de satélites diferentes y se usan para todos los ámbitos de la actualidad. Por ejemplo, de navegación que nos permiten tecnologías como GPS o GLONASS, de comunicaciones o satélites meteorológicos que son los utilizados para conocer y registrar el clima de la tierra o el tiempo atmosférico. Además, hay otros muchos como reconocimientos utilizados por organizaciones de inteligencia o militares, satélites usados como armas espaciales…
Satélites y empresas
No solo los gobiernos se han encargado de lanzarlos en la actualidad, sino que los bajos costes que supone ponerlos en órbita ha hecho que sean muchas las empresas privadas que lo hacen. Es el caso de SpaceX como la más conocida pero no es la única y hay otras como OneWeb, StarNet o Amazon. En total, estas empresas planean lanzar más de 100.000 satélites en los próximos años.
El caso más conocido es el de Starlink, una constelación lanzada con el fin de ofrecer Internet en todo el mundo a gran velocidad y con velocidades de hasta 1 Gbps con latencia 25 ms. Starlink pretende incluso llegar a zonas aisladas o a lugares que han sufrido catástrofes naturales, pero también supone una ventaja con respecto a la cobertura en aviones o en barcos. La intención del proyecto es tener alrededor de 12.000 satélites en la década de 2020.
Satélites y sus órbitas
La Tierra tiene más de 9.000 satélites en órbita, y la gran mayoría de ellos se pueden dividir según el tipo órbita en el que se encuentran:
- Órbita Terrestre Baja (OTB o LEO): Aquí es donde tenemos la gran la gran mayoría, donde podemos encontrar los de comunicaciones, satélites de teledetección, etc. Es aquí donde se encuentran los Starlink de Elon Musk, o los de SpaceX, así como algunos que seguro que os sonarán a todos, como son los del telescopio Hubble. Los satélites trazan una órbita circular que está a una altitud de entre 200Km y 2.000Km.
- Órbita Terrestre Media (OTM o MEO): Cuenta con una cantidad muy inferior de satélites, los cuales se utilizan para sistemas de navegación, GPS, etc.
- Órbita Terrestre Alta (OTA o HEO): Por encima de los 35.786Km de altitud, con una velocidad de rotación inferior a la de la Tierra, por lo que sus ciclos son superiores a 24 horas.
- Órbita geosíncrona (OGS o GSO): Es la segunda órbita más poblada en cuanto a cantidad de satélites, usados en su gran mayoría para temas relacionados con la observación de nuestro planeta y las telecomunicaciones. Como curiosidad, señalar que sus velocidades orbitales coinciden con la de la Tierra, y orbitan a la altura del ecuador.
- Órbita de transferencia geosíncrona (OTG o GTO): Es una órbita que se usa para asistir a los anteriores.
- Órbita Altamente Helíptica (HEO): 56 satélites para comunicaciones de tipo radio por satélite y geodetección.
Problemas
Tener tantos satélites en órbita tiene muchas ventajas, pero no todos lo son, también hay problemas. Uno de los principales problemas generados por los que están en órbita es la basura espacial que se genera y que podría provocar que no se pudiesen lanzar nuevos cohetes. La basura espacial engloba todo tipo de objetos que están en el espacio, en la órbita terrestre, y que no tienen ninguna función útil asignada. Es decir, todo tipo de escombros provocados por la fragmentación pero también naves que no son funcionales, vehículos de lanzamiento que ya no cumplen una función, etc. Además, no se ha encontrado solución para limpiar este caos y se ha convertido en un tema de preocupación ya que encontrar remedio es muy costoso y complicado.
A Guardian le siguió Menut, un nanosatélite lanzado en 2023. En este caso su fabricación ha sido obra de Open Cosmos y está gestionado por el gobierno de Cataluña. La intención de este satélite es estudiar la Tierra desde el espacio para poder actuar mejor en la lucha contra el cambio climático.
La historia de los satélites españoles sigue adelante con nuevas incorporaciones y una mayor cantidad de satélites destinados a aumentar la presencia de España en la órbita. Uno de los últimos grandes proyectos en este sentido es el satélite Spainsat NG I, el cual se lanza con la intención de marcar un antes y un después en la historia de la industria espacial española.
Para que el lanzamiento de este satélite se lleve a cabo con éxito se ha contado, como es costumbre en los últimos años, con el servicio especializado que aporta SpaceX. La empresa de Elon Musk vuelve a ocuparse de llevar el satélite al espacio a través de uno de sus cohetes Falcon 9 que están revolucionando la industria aeroespacial. Este satélite está fabricado por Hisdesat, la misma empresa que tiene el control de la gestión y de toda la operación relacionada con el satélite. Como forma de marcar un hito tal y como indicamos, este satélite tiene unas dimensiones que superan todo lo lanzado con sello español hasta la fecha. Así, tiene 7,2 metros de altura y un peso de 6,1 toneladas.
El Spainsat NG I estará acompañado en la órbita por un segundo satélite de las mismas características. Son dos satélites en los que el Gobierno español ha depositado una cantidad de 1.400 millones de euros. Gracias a esta inversión el Gobierno se asegura disponer de dos de los satélites más avanzados de Europa. Su uso está a la altura de estas características y de su avanzado diseño. Así, se transformarán en dos satélites que harán que las Fuerzas Armadas dispongan de un sistema de comunicación totalmente seguro, privado y eficiente. Con estos lanzamientos, España confirma su apuesta por los satélites y por disponer de tecnología muy avanzada que les ayude a mantenerse a la vanguardia de las telecomunicaciones.