Esta es la característica que más se aprecia en PS5 Pro, y no es el aumento de su rendimiento

A expensas de lo que Sony muestre en las próximas semanas, muchos jugadores se encuentran a día de hoy extrañados por no haber recibido demostraciones que justifiquen si verdaderamente merece la pena o no adquirir una PS5 Pro. No se trata de una decisión a la ligera, pues estarías desembolsando nada más y nada menos que 800 euros, más incluso si quieres contar con un lector de discos. Pero, con una información tan escueta, este podría ser el añadido decisivo para su compra.
Tras el anuncio de presentación de PS5 Pro, las características técnicas de la consola no fueron las principales protagonistas en un evento donde predominó más la polémica que la alegría por recibir la noticia de la llegada de una nueva consola. El mundo quedó perplejo con el importe que Sony había establecido para su fecha de salida en todas las tiendas el próximo 7 de noviembre. Y es que jamás se había acontecido dicha situación, pues el máximo precio acontecido hasta ahora fue de 600 euros con el lanzamiento de PS3 en 2007.
Con las nuevas características sobre la mesa y teniendo en cuenta cómo aumentará el rendimiento de algunos juegos con la mejora de la GPU, no supone el aspecto más esencial, sino que existe una razón por la cual sería interesante hacerse con la nueva máquina de la compañía nipona.
¿Son realmente buenas las mejoras de hardware de PS5 Pro?
Sony nos quiere vender un nuevo hardware basado en la misma arquitectura que la PS5 original pero con ciertos matices. En el apartado de la GPU, o componente gráfico, esta revisión contaría con alrededor de un 45 % más de potencia, lo que supone una mejora que puede llegar a pasar desapercibida, pues no se trata del motivo primordial para gastarse tanto dinero. A su vez, parece que contará con un procesador muy similar al del modelo base, el AMD Zen 2, así que en este apartado no existirían cambios.
Esto es equiparable a las tarjetas gráficas de un PC, que no se espera hasta la próxima generación cuando realmente hay un aumento significativo de rendimiento bruto. Es más, basándonos en dichas modificaciones, lo cierto es que PS5 no necesitaba una nueva versión, puesto que la consola ya rinde lo suficientemente bien como para jugar a una frecuencia de imagen de 60 fps solventes en la mayoría de juegos de su predecesora y en algunos de los actuales.
Por otra parte, el trazado de rayos también ha recibido una actualización importante que incrementa la presencia de iluminación en tiempo real, pero el problema es que la mayoría de jugadores sigue sin apreciar este aliciente, por lo que puede seguir quedando en un segundo plano, y el consumo de recursos a la hora de activarlo continúa siendo excesivo.
La única razón de recomendación de compra de una PS5 Pro
Uno de los achaques que más se distinguen en PS5 es la resolución y el problema de nitidez, la cual podemos distinguir en el videoanálisis que compartió Digital Foundry hace escasos días, donde se puede comprobar claramente que PS5 Pro proyecta una mejora de reescalado cuando la imagen está en movimiento. ¿Cómo se consigue esta mejoría? Haciendo uso de la Inteligencia Artificial, bautizada con Sony como PlayStation Spectral Super Resolution (PSSR).
En este caso, la calidad de imagen es mucho más perceptible, de tal manera que esta herramienta permite la aceleración de hardware para conseguir resultados mucho más óptimos. De hecho, es prácticamente similar a la tecnología que utiliza NVIDIA para seguir manteniendo la imagen a máxima resolución en sus juegos a pesar de aumentar la tasa de imágenes o activar el trazado de rayos, conocida como DLSS.
Y este sería el fundamento por el que adquirir una PS5 Pro, ya que estaríamos hablando de ejecutar videojuegos a una resolución nativa 4K con 60 imágenes por segundo o más. Una delicia para todo jugador que trate de apreciar el resultado final de la calidad imagen.