El llamado «derecho a reparar» es algo que llevan exigiendo los consumidores desde hace décadas. Ya sea escudándose en la propiedad intelectual, creando diseños complejos o limitando el a piezas de repuesto, muchos fabricantes ponen muy difícil que los s puedan arreglar sus propios dispositivos una vez acaba la garantía. Eso cambia desde esta semana con la nueva ley que ha entrado en vigor en la Unión Europea.
Desde el 1 de marzo de 2021, todos los fabricantes que vendan dispositivos como frigoríficos, lavadoras, secadores o televisores en la Unión Europea y Reino Unido, tendrán que garantizar que estos dispositivos pueden repararse durante un periodo de 10 años. Aunque Reino Unido esté fuera de la UE, el país tendrá que cumplir con los requisitos de los países europeos en normativa de consumo si quiere poder seguir vendiendo productos a países .
El objetivo de esta ley es reducir los residuos electrónicos, los cuales han aumentado a niveles preocupantes en los últimos años, y dificultan el objetivo de la UE de llegar a ser neutrales en emisiones de carbono. Cada año, los europeos generan más de 16 kg de residuos electrónicos por persona. En torno a la mitad de ellos es debido a electrodomésticos. De ellos sólo se recicla el 40%, dejando una gran cantidad de residuos.
nuevos usos para un portátil o un móvil con bastante facilidad, como un servidor, un HTPC, una cámara de seguridad, etc.