Los relojes inteligentes y otros wearables se venden como productos de salud, pero muchos médicos no los ven con buenos ojos

Han sido ya varios medios de comunicación los que han publicado entrevistas con doctores y especialistas de la salud en los que se cumple un mismo patrón, y es el del escepticismo por parte de la comunidad médica.
Los rios tecnológicos como smartwatches o pulseras inteligentes están de moda, y una gran parte de su marketing consiste en publicitarse como herramientas de bienestar o salud capaces de monitorear diversos patrones de nuestro cuerpo, que van desde el pulso cardiaco hasta el nivel de glucosa.
Con estas prestaciones, podemos entender mejor en qué estado se encuentra nuestro cuerpo, optimizar nuestras rutinas de ejercicios y deporte y prestar atención a nuestros hábitos de sueño o quema de calorías. Aunque la tecnología avanza sin parar y estos aparatos son cada vez más precisos a la hora de realizar estas métricas, algunos médicos no los ven como aparatos confiables para usarlos al 100% como equipos médicos, especialmente para las personas vulnerables o que sufran algún tipo de patología.
Salud física
Por un lado, algunos médicos advierten del peligro que pueden suponer estos gadgets, por ejemplo, para personas que realmente necesitan una monitorización exhaustiva de su cuerpo, como pueden ser los diabéticos. Aunque ya existen relojes que dicen ser capaces de medir la glucosa en sangre, estos smartwatches pueden no ser tan fiables como un aparato médico específicamente diseñado para ello.
Una incorrecta lectura de esta información, aunque sea una leve desviación, puede suponer un peligro para estas personas al no orientarles correctamente en su toma de decisiones. En este sentido, la autoridad de medicamentos y alimentos de Estados Unidos, la FDA, emitió una alerta este año advirtiendo a los ciudadanos de no utilizar relojes inteligentes ni anillos inteligentes para medir los niveles de glucosa en sangre.
Otro tipo de rio tecnológico es el de los anillos inteligentes, menos populares que los smartwatches, pero que también se venden en grandes superficies. Los médicos avisan de que la forma más precisa de medir el ritmo cardiaco es mediante las venas de la muñeca, y que medir este parámetro desde el dedo puede implicar inexactitud.
Todo esto es, digamos, el otro lado de la historia, pero nada de esto quita que los relojes inteligentes sí que pueden ser muy beneficiosos a la hora de, simplemente, motivarnos a llevar una vida más saludable y estar informados sobre nuestro progreso y logros. Además, también hay que recordar los numerosos casos en los que un reloj inteligente puede auxiliar en una emergencia, por ejemplo, llamando al 112 automáticamente o notificando a algún familiar cuando detecta un patrón extraño en el .
En el caso de Apple, por ejemplo, la compañía está apostando muy fuerte por convertir a sus gadgets en complementos de salud, como vemos en las innovaciones que presentan el Apple Watch o los auriculares bluetooth de la marca.