Un nuevo malware está en circulación y pone su objetivo en los cajeros automáticos, en los que está causando estragos al permitir que los hackers roben dinero con facilidad. Se trata de una variante de Linux de un viejo conocido en cuanto a los virus que han circulado por la red en ocasiones previas.
El nombre de FASTCash ha aterrorizado a muchos especialistas en seguridad en los últimos tiempos. Ahora este malware vuelve a la carga con una nueva versión de Linux. Y su objetivo es el que ya te puedes imaginar a la vista del nombre que tiene: permitir que los hackers saquen dinero de los cajeros automáticos de los bancos sin que nadie les pueda detener. La amenaza parece que se ha originado en Corea del Norte y afecta a las distribuciones Ubuntu 22.04 LTS.
Desde 2016 robando en los cajeros
El pánico que genera FASTCash entre los profesionales no es desproporcionado. Lo cierto es que este malware lleva generando problemas desde que se detectase por primera vez en 2018, aunque los registros apuntan a que su actividad empezó a dejar huella en 2016. Y, desde el principio, los especialistas han tenido claro que hackers norcoreanos se encontraban tras el mismo, más exactamente, el grupo Hidden Cobra. Inicialmente, la amenaza se distribuyó en sistemas Windows y en IBM AIX, pero ahora ha evolucionado para hacer de las suyas también en Linux.
El único contratiempo con el que deben contar los hackers es con que necesitan una mula que se ocupe de sacar el dinero presencialmente en el cajero automático para luego redistribuirlo a los hackers. De todas formas, lo más probable es que tengan todo organizado de manera que dispongan de varias personas que se ocupen de estas tareas. Quizá, eso sí, esa sería una forma con la cual las autoridades podrían llegar a tirar del hilo para tratar de hacer algunas detenciones.
Por lo que se comenta, aunque esta versión de Linux es la que ahora está utilizándose, hay una nueva edición para Windows que también estaría preparándose para entrar en acción. Eso complicaría las cosas todavía más para las entidades bancarias, ya que lo más probable es que los cibercriminales hayan perfeccionado el malware desde su última versión para el sistema de Microsoft.