Expertos en inteligencia artificial reconocen cuánta energía consume la IA, ¿se agotará el agua?

La inteligencia artificial, en pleno 2025, se ha convertido en el motor de nuestros días. Puedes pedirle recomendaciones sobre qué películas de terror ver en Netflix o beneficiarte de herramientas que te faciliten tu rutina, e incluso preguntarle sobre qué decisión deberías tomar en el plano personal de tu vida.
Esto nos deja una afirmación clara: está en todos lados, y eso tiene una serie de consecuencias que cada vez se antojan más inabarcables.
En esta línea, hay una pregunta que cada vez resuena más en la cabeza de los expertos: ¿cuánta energía y recursos naturales consume realmente la inteligencia artificial? Incluso, ¿podríamos quedarnos sin agua?
En este artículo vamos a tratar de explicarte, a través de voces de expertos en el tema, qué hay de cierto en todo eso y cuál de estas afirmaciones no es más que un mito.
¿ChatGPT consume agua?
A medida que la inteligencia artificial se vuelve más omnipresente, crece también la infraestructura que la hace posible. Los modelos como GPU de alto rendimiento, que generan tanto calor que necesitarían sistemas avanzados de refrigeración. Algunos de estos emplean agua potable en grandes cantidades, sobre todo aquellos que están ubicados en regiones donde la calidad del agua es fundamental para evitar problemas en las tuberías.
Para entender esto, vamos a echar un vistazo a las cifras. En 2023, cuando la inteligencia artificial daba sus primeros pasos, los centros de datos ya ocupaban el 2% del consumo energético anual de Estados Unidos. En 2025, esa cifra ya va por el 18%, y según las previsiones, se espera que para 2023 podrían representar el 7,5% del consumo eléctrico total del país. En otras palabras, lo mismo que consumen unos 40 millones de hogares estadounidenses. Pero hay más, ya que a nivel global, estos centros usan cerca del 1,5% de la electricidad que se emplea en todo el mundo. Cifras similares a la industria aérea.
¿Nos quedaremos sin agua o es un mito?
Pero no todo es energía, ya que según Vijay Gadepally, investigador del MIT, el uso del agua es igual de importante. Esta situación se agrava más todavía si tenemos en cuenta los centros de datos ubicados en zonas con escasez de agua, como sucede en parte de Estados Unidos o en el sur de Europa. Lo más curioso es que el agua debe ser limpia y potable, por lo que no sirve cualquier líquido, ya que deben cumplirse con unos estándares de pureza muy altos.

Lo que hay que entender, antes de sacar conclusiones, es que no todos los modelos consumen los mismos recursos. La inteligencia artificial generativa, especialmente la que crea imágenes o vídeos es la que más consume. Generar una imagen con IA puede gastar diez veces más energía que escribir un texto. Teniendo en cuenta que estos modelos inteligentes reciben millones y millones de consultas al día, la huella ecológica se vuelve imposible de ignorar.
Entonces, como s, ¿qué debemos hacer? Pues lo más sensato sería utilizar la IA de manera responsable, evitando tareas innecesarias y dejando de considerarla un juego. Igual que aprendimos a apagar las luces cuando no las usamos, nos tocará concienciarnos del buen uso de esta tecnología.