La dirección IP lleva años intentando ser usada por los propietarios de derechos de autor como prueba irrefutable de que un ha pirateado un contenido, a pesar de que como todos sabemos una dirección IP puede ser usada por varias personas, e incluso por alguien que haya hackeado una red WiFi. Sin embargo, una empresa ha descubierto un nuevo truco: espiar redes sociales para comprobar si se ha pirateado o no un contenido.
El funcionamiento es el siguiente: una compañía recopila las direcciones IP que han descargado una piratear películas concretamente contenido para adultos. A pesar de todo ello, lo importante es que tengamos cuidado con la información que compartimos en redes sociales.