La cámara de vigilancia para el coche es un dispositivo tecnológico de grabación de imágenes y vídeo que se han vuelto muy populares en los últimos años. Como las Dashcam, su uso está pensado para alejar posibles intentos de robo, grabar accidentes… y tienen un efecto más disuasivo que protector. La pregunta que se hace mucha gente es, ¿se puede instalar una cámara de seguridad para coche? ¿Entra dentro de la legalidad?
El uso de la cámara en el coche es habitual
Cada vez es más habitual que los conductores sean también ‘reporteros’ gracias a la digitalización y a la globalización que nos hace llevar encima un pequeño ordenador como el propio móvil con una potencia inimaginable hace apenas unos años.
Ello nos permite conectar el mundo con nuestras manos, y en lo que se refiere a nuestro vehículo, también los hay que optan además por instalar una cámara de vigilancia en sus vehículos, la cámara denominada comúnmente como ‘dashcam’ y cuyo objetivo principal es grabar el exterior hacia delante con el fin de registrar cualquier altercado relativo a la conducción, y tener así pruebas de lo ocurrido.
Del mismo modo, hay países en donde es recomendable
Sin embargo, sí puede ser legal que las grabaciones se realicen de manera puntual dando cabida a cámaras en movimiento y de protección cuando el vehículo está aparcado. Así, en caso de accidente, las imágenes se podrían utilizar, pero siempre se debe valorar cada caso. La última palabra, al final, la tiene el juez.
Si son imágenes que muestran solo el momento del siniestro y se presentan únicamente como prueba documental del juicio para reclamar la culpabilidad del contrario, podrían ayudar en la defensa, argumentando el interés legítimo de la grabación y en el derecho a la tutela judicial efectiva.
La DGT puede sancionar con 200 euros su uso incorrecto
Como decimos, la grabación de imágenes en espacios públicos es totalmente legal, y se considera como grabación doméstica en vía pública. Sin embargo, la grabación continuada de imágenes de tráfico puede considerarse también como vigilancia, y no de uso doméstico, por lo tanto podría considerarse ilegal.
Ahí llega el conflicto y el vacío legal anteriormente comentado. En principio, los cuerpos de seguridad son los únicos que pueden tomar imágenes con el fin de la videovigilancia. Es entonces cuando la DGT no pone ningún impedimento a la hora de instalar una cámara en el interior del coche, pero sí puede sancionar un uso incorrecto de la misma.
De este modo, manipular la cámara de a bordo durante la conducción (la activación manual) al igual que la utilización del teléfono móvil, está penado con una multa de 200 euros y la retirada de hasta 6 puntos del carné de conducir.