¿Tiene sentido enfrentar la realidad virtual y la realidad aumentada hoy día?

Cuando hablamos de las tendencias tecnológicas actuales con mayor proyección de futuro, sin duda entre estas se encuentran todo aquello relacionado con la realidad virtual y la realidad aumentada, ya que se espera que poco a poco vayan formando parte activa de nuestras vidas, tanto a nivel profesional como doméstico.
Decir que a lo largo del pasado año pasado, ambas tecnologías se han convertido en temas de absoluta actualidad, aunque desde diferentes sectores se ha intentado enfrentarlas para ver cual tendría una mayor repercusión en un futuro próximo o una mayor aceptación por parte del gran público. Sin embargo y si nos ponemos a pensar en todo ello, lo cierto es que este supuesto enfrentamiento no tiene demasiado sentido realmente, sino que lo más probable es que las dos tendencias repercutan en diferentes ámbitos claramente diferenciados y convivan juntas sin problema alguno.
Para empezar diremos que tanto la realidad aumentada (AR) como la virtual (VR), proporcionan experiencias de visualización de un nivel más elevado al convencional permitiéndonos ver las cosas de otra manera y adentrándonos en mundos diferentes, aunque con algunas diferencias entre ambas propuestas.
Con la tecnología AR tenemos la posibilidad de ver gráficos 3D superpuestos en el mundo real con el sano fin de realzar este último mediante la introducción de elementos digitales en él. Por otro lado y por medio de la tecnología VR, nosotros salimos por completo del mundo real para «adentrarnos» en un nuevo mundo totalmente digital y en el que podemos movernos en entornos de 360 grados.
Oculus Rift, por ejemplo, requiere de un PC de altas especificaciones, necesita cables HDMI y USB conectados a este para hacer un seguimiento de nuestra posición y detectar nuestros movimientos como andar o saltar, aunque la necesidad de un cable físico limitan mucho la usabilidad. En otras palabras, usar un producto como Oculus Rift es más parecido a ver un programa en la televisión, muy divertido, pero donde no hay mucha movilidad.
Existen opciones VR para móviles como Gear VR o Daydream, que solo necesitan teléfonos inteligentes compatibles, evitando los cables pero con el obstáculo del receptor que tenemos que colocarnos en la cabeza y de este modo tener que llevarlo puesto constantemente.
Por lo tanto se espera que ambas tecnologías, la realidad aumentada y la realidad virtual, formen parte activa de nuestras vidas, sin tener que chocar, ya que cada una estaría dirigida a un ámbito independiente y diferente del otro.