A la hora de jugar a videojuegos, hay un factor clave para hacer la experiencia lo más fluida posible: el input lag, o la latencia de entrada. Esta latencia es la diferencia tiempo entre que tu consola o reproductor emite una señal, y tu televisión la muestra. A esta hay que sumarle el response time, o tiempo de respuesta, por ejemplo, entre pulsar un botón del mando y que este lo detecta la consola. Sumando el input lag y el response time, tenemos el tiempo completo entre que pulsamos un botón en el mando y su acción se muestra en pantalla.
En las televisiones este input lag suele ser más elevado que en los monitores debido a la cantidad de filtros y diversas tecnologías de suavizado y reescalado que tienen las televisiones. Es por ello que, si se quiere tener la mínima latencia posible, hay que desactivar los filtros de interpolación, o activar el Modo Juego que tienen las televisiones.
Mientras los modelos de Samsung de la serie KU en modo 4K (con y sin HDR) se sitúan con un input lag de 20 ms, los modelos de Sony tienen todos más input lag, y el X930D (X93) alcanza los 100 ms. Si teníais dudas a la hora de adquirir un modelo de televisión en concreto estas navidades, el input lag puede ser el factor diferenciador que estabais buscando.